El Ejército Colombiano se une

Por orden del Comando de esta institución, en todas las unidades se sembrarán árboles frutales y maderables, hasta alcanzar los 25 mil. Con ello, el Ejército se une a la lucha contra el calentamiento global, creando conciencia en la importancia de preservar los recursos naturales. Con una meta de 25 mil árboles sembrados en sus propias unidades, el Ejército Nacional inicia el Plan Técnico de Reforestación y Recuperación Paisajística, con el que espera contribuir a la reducción de los efectos del calentamiento global.
La iniciativa nace del Comando superior del Ejército Nacional, el cual ha ordenado que se haga extensiva a todas las unidades a nivel nacional, con el compromiso de preservación y manejo del medio ambiente.
La tarea está a cargo de la Dirección de Ingenieros del Ejército, la cual está adelantando las acciones necesarias para llevar a cabo el lanzamiento de la ‘Campaña de Arborización y Recuperación Paisajística’, que tiene como lema ‘Proteger es nuestro deber’.
El proyecto busca que 25 mil árboles puedan ser producidos y, posteriormente, sembrados en las hectáreas que son de propiedad de la Institución.
El estimado inicial es el de sembrar, por hectárea, 1.200 árboles en cada una de las unidades militares, es decir de 5 a 10 hectáreas, meta que llevaría a una recuperación del 10 por ciento de reforestación, durante los próximos tres años.
La iniciativa también busca proteger cursos de agua y zonas boscosas, sembrando árboles frutales y maderables y realizando un trabajo de concientización entre el personal civil y militar, sobre la conservación y preservación de los mismos recursos.
De igual manera, hace parte de esta política institucional –que avanza bajo los lineamientos de las obligaciones ambientales exigidas por las autoridades correspondientes- reducir el impacto sobre el ecosistema en sitios donde son instaladas unidades militares.

Biocombustibles

Se denomina biocombustible a cualquier tipo de combustible derivado de la biomasa (organismos recientemente vivos o sus desechos metabólicos). Los combustibles de origen biológico podrían sustituir a los combustibles de origen fósil, tales como el petroléo o el carbón. Los biocombustibles más conocidos son los siguientes: el bioetanol, derivado de maíz, sorgo, caña de ázucar, remolacha y algunos cereales; el biodiésel, derivado de aceites vegetales. Aunque el biodiésel y el bioetanol son los más conocidos, no son los únicos.

A pesar de que el biocombustible es una forma de energía renovable, también tiene algunos aspectos negativos para el medio ambiente. Desde que se popularizó el uso de biocombustibles, muchos países no tan desarollados empezaron a talar bosques y selvas con el fin de plantar cultivos para la producción de biocombustibles. Esto hace que el biocombustible sea cada vez menos ecológico.